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VENCEDORES Y VENCIDOS

 

 

 

 

 

El juicio se desarrolló en la ciudad alemana de Núremberg entre el 20 de noviembre de 1945 al 1 de octubre de 1946, el proceso obtuvo mayor repercusión en la opinión pública mundial y fue conocido como "Juicio de Núremberg", dirigido por el Tribunal Militar Internacional, establecido por la Carta de Londres, en contra de 24 de los principales dirigentes supervivientes del gobierno nazi capturados, entre varias de sus principales organizaciones. Otros doce procesos posteriores fueron conducidos por el Tribunal Militar de los Estados Unidos, entre los cuales se encuentran los llamados Juicio de los doctores y Juicio de los jueces. La tipificación de los crímenes y abusos realizada por los tribunales y los fundamentos de su constitución representaron un avance jurídico que sería aprovechado posteriormente por las Naciones Unidas para el desarrollo específico internacional en materia de guerra de agresión y crímenes de lesa humanidad, así como para la constitución, a partir de 1998, del Tribunal Penal Internacional.

 

 

 

 

Sobre ello y con un guión excelente el director Stanley Kramer realizó una película atrevida incluso para hoy en día, que incluso se atreve a detallar lo bueno que hicieron los nazis, fuera de todo perjuicio, tópico o político. Lejos de la idea preconcebida que tenía, yo pensaba que iba a ser una apología de los americanos, con razones contundentes de ambos bandos. Maximilian Schell hace una interpretación soberbia y sólida, nos presenta razones para apoyar el bando de los alemanes que jamás se nos habrían ocurrido, le da la vuelta a cosas que pensábamos que no la tenían, mientras Richard Widmark le da la réplica con argumentos menos sólidos. Spencer Tracy, como siempre bordando el papel de juez que en ningún momento se nos presenta como un “héroe” de la justicia, es más, reconoce que no esta ahí por gusto, y duda de su veredicto, además entabla amistad con Marlene Dietrich, viuda de un general alemán, que en sus escasas apariciones interpreta una mujer fría, intentando mantener la dignidad entre las ruinas de su país y su vida. Burt Lancaster se mantiene impasible durante casi todo el juicio, hasta que hace su declaración voluntaria. Impresionante Montgomery Clift en su breve aparición como testigo, haciendo de retrasado mental, creíble y sólido. Aunque para mí demasiado breve... Dirán que una buena actuación no se puede medir por su duración, pero yo creo que por muy buena que sea no es lo mismo, no es lo mismo prepararte y mantener una buena actuación durante toda una película que unas cuantas frases durante un rato. Aunque efectivamente es una actuación soberbia, pero como actuación suelta. El resumen que puedo hacer de las interpretaciones de todos, incluidos los secundarios, con dos palabras basta: SOLIDEZ y CREDIBILIDAD. Muy lejos de hacer un juicio de buenos y malos nos presentan las miserias de ambos bandos, las presiones de los americanos para suavizar las penas y dar buena imagen ante los alemanes, el intento de eximir culpas de los alemanes esgrimiendo que no conocían las atrocidades que sucedieron, y así un sinfín de razones y argumentos que te llevan a pensar y a reflexionar mucho, sobre la justicia, sobre la dignidad humana, sobre la patria… Todos ellos temas de primera necesidad, cargados de mensaje...me parece una película EXCELENTE, apasionante, una joya del cine, una película necesaria, en las que absolutamente ni una palabra sobra, todas están medidas y pensadas para hacernos reflexionar, todas tienen algún sentido y mensajes, tres horas a las que no les sobra ni un segundo y que en ningún momento llega a ser pesada. Te absorbe desde el primer momento, y no puedes más que seguir visionándola y seguir disfrutando de su riqueza. Uno de los mejores guiones de la historia, inteligente y documentado, y con multitud de frases para el recuerdo .Una de mis 10 películas preferidas. Yo reitero una y mi veces, que: TIENE QUE VERSE.

 

Es objetiva porque aquí no está delimitada la frontera entre “buenos y malos”. Hay norteamericanos que creen firmemente que la justicia está por encima de todo mientras que otros quieren pasar página cuanto antes, e incluso son capaces de comprender a los acusados. Y también hay tanto alemanes arrepentidos como otros fanáticos que no dudarían en volverlo a hacer. El film está documentado porque trata aspectos verídicos (como la esterilización por motivos políticos y las leyes de Nuremberg) poco o nada reflejados en otras ocasiones en el cine. La recreación del juicio es muy realista y profunda porque no se detiene en aspectos circunstanciales o anecdóticos, sino que trata de entrar de lleno en las raíces profundas del nazismo y la Guerra Fría. Muy emotiva porque hay escenas e interpretaciones, sobre todo las de Montgomery Clift, Burt Lancaster y de Judy Garland, que son capaces de desarmar al más duro de los espectadores. Y es necesaria, porque no debemos olvidar a las víctimas ni perdonar a sus verdugos. Además, no podemos pasar por alto la enorme responsabilidad de la mayor parte del pueblo alemán, que fue capaz de sacrificar valores tan universales y humanos como la vida, la justicia y la libertad en pro de un nacionalismo extremo y sin sentido. En la película se revive con fidelidad casi documental de lo que fué uno de los juicios de Nuremberg , juicio que algunos calificaron como farsa y considerado por otros como una hoguera de odios. Vencedores y Vencidos es una película lineal, descriptiva, tremendamente aleccionadora y cargada de contenido, que suscita en el espectador la duda sobre si los tribunales establecidos por los vencedores de una guerra para juzgar a los vencidos, pueden o no ser objetivos y si están sometidos en su procedimiento y resolución final a condicionantes estratégicos de la política internacional.

 

El objetivo de este tribunal era hacer justicia a las víctimas de los actos criminales del régimen nazi en los años inmediatamente anteriores a la segunda guerra mundial y durante la misma. Y esto es lo que se nos va a ir mostrando en la película, en un desarrollo que nos va acercando progresivamente a las víctimas y cuyo cenit llega en la proyección del famoso vídeo en que el espectador no puede sino sobrecogerse y apartar los ojos de la pantalla. ¿Se trataba, como alegaban muchos, de un instrumento de los vencedores para ejecutar a los vencidos? ¿Hubo tribunales internacionales para los criminales de guerra del bando de los ganadores?... ¿se trataba de imponer justicia contra la barbarie o de justificar ante la opinión pública de EEUU el coste de la guerra? La justicia y el progreso de la civilización, eran los principales objetivos...Pero fueron... ¿vencedores o vencidos?. El argumento espléndido y las magníficas interpretaciones, hacen que sea una obra maestra fascinante, conmovedora e inolvidable... Hay algo que me gustó mucho del film y es el intercambio final de palabras entre Tracy y Lancaster: 

- "Jamás supuse que se fuese a llegar a esto"-

- "Se llegó a esto la primera vez que usted condenó a un hombre sabiendo que era inocente "-.

 

 

 

 

Sobre Burt Lancaster y su interpretación, de su actitud taciturna durante dos horas largas a su pronunciamiento final, ocurren un montón de cosas. La sentencia o lo que Burt Lancaster reclama para sí, en un minuto, hace de ese minuto la joya de la corona en esta película. Por otro lado destaco los gritos del abogado germano que, al dejarlo argumentar en versión original, en alemán, enfatiza el doble y por tanto sobrecoge en la misma proporción. Entre él, contrapunto y el letrado americano hay un abismo, que Kramer quiere atribuir a las diferencias irreconciliables que son resultado de la idiosincrasia de cada uno: El derecho nació en Roma y las convenciones de Ginebra ya estaban escritas. No hay lugar para ese irreconciliable posicionamiento. Richard Widmark es un caos y, creo que lo diría mejor una madre irlandesa hablando a su hija: “no con un hombre que no beba; los que no beben no son de fiar”. Esa es la distancia que separa al ebrio Widmark del austero Schell. Del primero puedes fiarte. Es un ser humano al fin y al cabo que siente y padece, luego bebe; pero no del segundo, de temperamento gélido y extremadamente calculador, capaz de precintar sus sentimientos. Todo bordeado con una Marlene Dietrich derrochando elegancia, y viendo su gloria derrumbada por una Alemania vencida.

 

 

 

Burt Lancaster interpreta al gran juez alemán, ahora en el banquillo, acusado de perpetrar atrocidades. No abre la boca y desde el primer momento sabes que dará la campanada. Antes o después. Y sí, la da cuando no, no es que no reconozca la jurisprudencia del tribunal militar. Lo que no admite es clemencia porque sabe que ha cometido el peor de los delitos, el de conciencia y de que nada sirve un tribunal para dirimir esa batalla interior que arrastrará de por vida. Así de simple. Algunos críticos dijeron que Burt Lancaster se arrepentía...y no es así..... Es un hombre justo que aplica la ley tal y como está escrita en el contexto en el que le toca sentenciar aberraciones sin que exista posibilidad alguna de recurrir a la objeción de conciencia. Por eso su conciencia queda mancillada. En España se le puso VENCEDORES Y VENCIDOS, cuando su titulo original es Judgment at Nuremberg, y así una vez mas la censura triunfó....El film es una película coral, con un reparto portentoso, plagado de actores legendarios, que no voy a enumerar de nuevo, porque todos lo sabemos. Por esa razón, la he elegido, tras verla en versión original, e ilustrar mi articulo, porque forma parte de un cine clásico e inmortal y como en mis comentarios anteriores, siempre las hice con pasión, aunque en ocasiones no haya estado acertado, pero tremendamente sincero siempre....Es un drama histórico, pero también una de las películas sobre juicios mejor realizadas en la historia del cine, bajo la dirección de Stanley Kramer, un tipo honesto que sabe extraer lo mejor de cada actor con planos inolvidables. Se basó en una obra teatral de Abby Man, uno de esos espléndidos argumentos que funcionaban bien, como “12 Hombres sin piedad”. Gracias a un trabajo colosal,, encontramos en ella la esencia de lo que significó el nazismo, una reflexión sobre la condición humana, la capacidad de algunos para cerrar los ojos hipócritamente, ignorando lo que le rodeaba ante crímenes terribles. Aunque pueda parecer solemne, la cinta es densa y alegórica, y te va atrapando a medida que se van relatando las abominables sentencias y los diferentes cargos sobre unos jueces alemanes acusados de no aplicar una justicia imparcial. ¿Se puede ser justo y servir a su país al mismo tiempo?El film plantea un dualismo clasificatorio, un dilema clásico en la historia del pensamiento jurídico que divide a éste en positivismo jurídico; la cuestión del deber de obediencia al Derecho; de la del Derecho racista, propio del nacional-socialismo; porque plantea cuál es el papel del juez al desempeñar su misión; los motivos que influyen en la toma de decisiones jurídicas. Se trata pues, de un juicio de enorme relevancia histórica, un juicio que va más allá de la conducta de los encausados, es el juicio a un régimen y a una sociedad que ignoró cobardemente el dantesco genocidio, el propio prestigioso Ministro de justicia nazi, Ernst Janning confiesa:

-"Todos oíamos cómo se llevaban a nuestros vecinos de madrugada”-

 

 

Nos encontramos ante un clásico perfecto, en la que hay un sólido guión por encima de todo... Para nada se hace larga a pesar de su duración, ya que la cinta mantiene en todo momento un ritmo apasionante, lleno de intensos diálogos y escenas con mucha tensión. Cabe destacar que este film retrata exclusivamente el juicio que se hizo a los nazis por parte de los estadounidenses, así que olvidemos otros asesinos nazis como Goering, Hess, o Ribbentrop. Después de terminar la SGM, los vencedores tenían distintos puntos de vista acerca de qué debían hacer con los culpables. Mientras que, por ejemplo, Francia, lógicamente quería venganza- Los EEUU debían ser más razonables si querían potenciar su lograda nueva potencia mundial, y por otro lado, también tenían la importante tarea de dirigir el movimiento sionista hasta hacer realidad el estado judío. Por eso, se cuestiona en la película, si merecía la pena hacer justicia y empeorar de mala manera el estado anímico de la nación alemana, o por el contrario, no era mucho mejor tener a los derrotados a favor de los aliados. Pronto empezaría la Guerra Fría contra los comunistas, así pues, los estadounidenses necesitaban urgentemente la colaboración de los nazis para que les informaran sobre los objetivos de los rusos. Era algo insólito: mientras que unos agentes estadounidenses se estaban encargando de atrapar a los nazis para castigarles, otros los estaban reclutando para llevarlos a su patria para que trabajasen juntos contra la futura amenaza rusa. Entre esos nazis estaban hombres como Gehlen, Rudolph o Barbie. Al parecer y según se ha escrito, mas de un agente de Gehlen fue doble espía para la CIA y la KGB. Quiero puntualizar que hubo muchos nazis que no fueron condenados en este proceso ni nunca.... Muchos se suicidaron, otros huyeron a Sudamérica, concretamente a Argentina, puesto que Perón admiraba a los fascistas europeos. Y otros como Eichmann fueron capturados después y ejecutados por judíos. Tampoco hay que pasar por alto que el Vaticano ayudó clandestinamente a salir de Europa a numerosos criminales de guerra. Reitero que este film no es solo una excelente película, sino una lección de cine histórico, donde falta mucho y no sobra nada para que la considere personalmente como obra maestra.

La película aborda directamente hasta las cuestiones más complicadas. Una escena destacable es el testimonio de un panadero alemán, que considerado "mentalmente incompetente", fue esterilizado por los nazis de acuerdo a las leyes sociales y también el "Caso Katzenberger" en el cual un hombre judío fue acusado de tener relaciones íntimas con una mujer aria y sentenciado a muerte en 1942...Tuvo un presupuesto $3,0 millones y genero en taquilla la cantidad de $10,0 millones en Estados Unidos solamente. Recibió 11 nominaciones al Oscar por mejor película, mejor director: Stanley Kramer, mejor actor principal: Spencer Tracy , mejor actor de reparto: Montgomery Clift, mejor actriz de reparto: Judy Garland, mejor montaje, mejor fotografía blanco/negro, mejor dirección artística blanco/negro, mejor diseño de vestuario blanco/negro y ganó los siguientes: mejor actor principal: Maximilian Schell y mejor guión adaptado: Abby Mann.

 

 

Laurence Olivier fue elegido originalmente para interpretar el papel de Burt Lancaster, como también le sucedió al maestro inglés en el film EL GATOPARDO, ambas fueron rechazadas por Olivier.... Burt Lancaster, Richard Widmark y Marlene Dietrich. y Montgomery Clift tuvieron problemas para memorizar sus diálogos y sus escenas tuvieron que ser rodadas en repetidas tomas.

 

 

Uno de los enjuiciados, Rudolph Hess, dijo que no se sentía arrepentido de haber servido al hombre más importante que había nacido en tierras alemanas en los últimos mil años, refiriéndose a Adolf Hitler. Hermann Goering, por su parte, también defendió a Hitler con una vehemencia que mereció la admiración de sus adversarios. Este horror nacionalsocialista, sembró su política de odio enfermizo y de totalitarismo agresivo durante 12 largos años. Es cierto que el marco político y social que presentaban Europa y el Mundo en aquella época era convulso. La mala gestión de la Paz de Versalles y el Crack del 1929 asolaron Europa y dejaron en la pobreza a muchísima gente, creándose un caldo de cultivo maravilloso que favorecía los totalitarismos de corte fascista y militarista y en prejuicio de toda Democracia. El Nazismo es la prueba de lo retorcida y malvada que resulta una ideología. Una pandilla de maníacos asesinos que engañan a un pueblo humillado y se dedican a criminalizar a todo aquel que fuera diferente. No solo los judíos, si no los comunistas, socialdemócratas, conservadores opuestos a Hitler, gitanos, testigos de Jehovha, homosexuales, enfermos mentales, eslavos prisioneros de guerra, negros y españoles exiliados de la dictadura franquista, miembros de la resistencia antinazi de Europa. Sin olvidar los crímenes cometidos en segunda línea y los bombardeos atroces. También es cierto que los aliados tampoco fueron unos santos, hicieron cosas criticables, pero el exterminio generalizado del nacionasocialismo, finalmente fue castigado. El problema fueron todos aquellos bastardos de las SS que escaparon a lugares cálidos de la Costa Mediterránea y jerarcas nazis que acabaron con su vida antes de enfrentarse a la espada de la justicia, para que el mundo no supiera el horror y las atrocidades de sus crímenes. Considero que esta película habría que ponerla en todos los colegios, no solo en escuelas de cine por la perfección técnica y lo cuidado de los planos que tiene Krammer. Si no por la rigurosidad con la que tratan un hecho histórico y uno de los mayores precedentes del Derecho Internacional. Lo peor es que a día de hoy, hay negacionistas que no merecen otra cosa que la prisión por negar las maldades cometidas por el régimen nazi y encima hacer apología del III Reich como baluarte de Occidente. Hacer volar uno de los más importantes símbolos de la humanidad, el que representa la masacre y la extinción centrado en un juicio con un ser humilde y de buena fe como protagonista, quizás el único que quería aceptarlo puesto que la popularidad del caso era ya escasa habiendo caído los más grandes y casi se limitaba a aquellos que cumplían la ley de la manera recta, la correcta, la veracidad del film carga el ambiente y la dualidad de criminales en nombre de la ley añade un diferencial respecto a todos los dramas judiciales conocidos. Un dilema de gran responsabilidad al valorar a la propia justicia como culpable y a la vez la posibilidad de volverla a consagrar, tiene un buen trasfondo político y social en cada diálogo fuera del juzgado, y siempre viene cargada de carácter con mucho peso pesado, la historia de aquellos que cumplieron con su país a cualquier precio y que son juzgados por otra patria, genera una competencia en cada secuencia, son pequeños duelos que conforman una obra que bien representa el mundo civilizado en su exponente. El método intenta introducir la cultura de la post-guerra para que sea etiquetada ya como una superproducción, pero realmente por encima de todo sentimiento lo que es de admirar son los valores, adaptarse a los nuevos tiempos o abandonar una oportunidad para protestar y una excusa para salir adelante, en "Vencedores y vencidos" se encuentra el modo de vivir del nazismo y el modo de revivir la patria, admiten la humillación pero no todos, el pueblo se defiende como sordo, mudo y ciego, son por eso menos culpables?... es entonces culpable el mundo entero?... Otro dilema añadido es digamos literalmente para enseñar los intereses americanos en permanecer en Berlín y en resaltar otro valor, cuando se habla de la mayor brutalidad de la humanidad, no se puede dejar de emplear el término supervivencia, por muy mayores que sean las fuerzas, el ser humano sigue estando diseñado para sobrevivir, el temor inyectado es sólo el síntoma para pensar en seguir adelante, y en parte la ley es así como es como causa de este instinto de supervivencia, simplemente la búsqueda del beneficio de quiénes las hacen, luego para mi son responsables de sus actos... En ese juicio de Nuremberg se explica demasiado bien la diferencia entre legalidad y moralidad.

 

 

También se reprocha a los americanos que juzgaron a los criminales de guerra porque también ellos cometieron atrocidades que quedaron impunes como los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en los que en unos segundos asesinaron a decenas de miles de japoneses. En definitiva y sin querer extenderme demasiado lo que se explica en el film en boca de un Burt Lancaster, que con su discurso pone los pelos de punta, es cómo es posible que el mal triunfo en el corazón de las personas buenas e inteligentes y la situación degenere hasta el límite de la maldad humana. Lancaster lo explica muy bien pero no lo justifica porque acaba reconociendo su error y pide perdón. El autocontrol, bastante escaso por cierto en la humanidad de hoy, es una grandiosa capacidad, en parte innata y el resto aprendido, que poseemos los seres humanos para tener dominio sobre nosotros mismos. Es una suerte de sometimiento consciente de los impulsos, con lo que ganamos estabilidad emocional, responsabilidad y criterios de justicia.

 

 

Creo que, “EL JUICIO DE NUREMBERG”, es una de las más magistrales lecciones de autocontrol que nos haya dado el cine y está representado muy sabiamente por dos antagonistas -el juez estadounidense Daniel Haywood y Ernst Janning, el sindicado alemán- que, en unos cuantos meses, aprenderán a reconocerse desde lo más íntimo de su esencia y a valorarse como merece cada uno, mientras que nosotros, como simples espectadores, tendremos ocasión de aquilatar su potencial humano y su objetividad sostenida hasta las últimas consecuencias. Lo que vemos desde lo humano, psicológico y jurídico, el director Stanley Kramer añade también unas imágenes documentales desgarradoras, que deberían verlas todos los gobernantes del mundo de hoy, para que quizás comprendan que, con la guerra se rinde honor a la ambición, a la crueldad y a la injusticia, pero muy poco a los valores humanos.

 

Recuerdo una frase que leí hace tiempo de Oliver Wendell Holmes Jr., uno de los más ilustres personajes estadounidense, a quien Herr Rolfe, el defensor en la película, cita muy precisamente y cuando sabe que le conviene:

 

“Lo más trascendental en este mundo no es saber dónde estamos, sino en qué dirección nos estamos moviendo”.

 

 

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