EL PLANETA DE LOS SIMIOS

1968

 

 

 

 

 

 

 

 

En 1968 Franklin J. Schaffner abrió la franquicia de El Planeta de los Simios con una excelente película de buena ciencia ficción. La historia narra las aventuras de un astronauta encarnado por el mismísimo Charlton Heston que tiene un aterrizaje forzoso en un planeta habitado por simios inteligentes. El éxito de la cinta la convirtió en una de las primeras películas con explotación de merchandising en Hollywood y un ejemplo para seguir en el cine comercial de los años 80. Un film adelantado a su tiempo que además resulta ser tan divertida como inteligente.

 

 

 

 

 

LO QUE NO SE SABIA Y DEBES CONOCER DEL RODAJE DE LA PELÍCULA

 

 

20th Century Fox tenía bastantes dudas con el proyecto porque desconfiaba en cómo se podrían ver los simios en el film. Finalmente otorgaron 5000 dólares para que se rodará una escena de muestra con Charlton Heston como héroe, Edward G. Robinson como Dr Zeius y James Brolin como Mr. Cornelius. El estudio estuvo encantado con el resultado de la prueba, pero siguió bloqueando el proyecto porque lo veía muy costoso para la escasa rentabilidad que tenían las películas de ciencia ficción. Fue el inesperado éxito de Viaje Alucinante, lo que animó al estudio a apostar por el Planeta de los Simios, aunque de la prueba rodada sólo Charlton Heston terminaría realizando el film. El autor de la novela original, Pierre Boulle pensaba que en realidad era sin duda su peor novela. Sin embargo, Blake Edwards estaba obsesionada con ella, y quería dirigirla a toda costa y consiguió que el productor Arthur P. Jacobs comprará los derechos antes de la publicación de la novela. Al final la película la dirigió Franklin Schaffer por recomendación de Charlton Heston que había trabajado con él en El Señor de la Guerra. En el guión original se insistía en que los humanos salvajes tenían los pechos desnudos por su naturaleza. 20th Century Fox tuvo que anular esta idea para calmar a los censores de la época. Para la recreación de la ciudad simia, los directores de arte se inspiraron en el trabajo del arquitecto Antoni Gaudi fusionándolo con el valle de Goreme en Capadocia, Turquia. Charlton Heston se pasó gran parte del rodaje enfermo de gripe. En lugar de paralizar el rodaje y esperar a que mejorará, los productores pensaron que la voz ronca aportaba personalidad al personaje por lo que insistieron en continuar con el rodaje. Según palabras del propio Heston, el peor momento de su enfermedad fue cuando rodaron la escena donde le fuerzan a separarse de Nova atacándole con una manguera de Agua, que le hacia sentir peor. Sin duda el maquillaje es una de las partes más llamativas de la película y de las más costosas e innovadoras de su época. Para maquillar a los monos el responsable del make-up, John Chambers empleó una técnica utilizada en la Segunda Guerra Mundial para dar a los veteranos desfigurados una apariencia normal. Aún así rodaje resultó bastante duro para los simios por rodarse en verano en Arizona bajo una oleada de calor. Para Roddy Mcdowall (Cornelius) era un gustazo vestirse todos los días de Simio, y solía dar consejos a compañeros para que se acostumbraran al maquillaje y emplearan gestos y tics en sus actuaciones para añadirles realismo y que no parecieran simples máscaras. El actor estaba tan feliz con el maquillaje que varios días volvía conduciendo a casa aún vestido de mono, sorprendiendo a otros conductores. Por otra parte Kim Hunter (la doctora Zira) encontró tan claustrofóbicas las prótesis que tenia que llevar para convertirse en simia que tomó una pastilla de Valium cada mañana durante todo el rodaje. Además optó por no comer durante gran parte del día ante lo dificultoso que resultaba hacerlo con la mascará. Otros actores optaron por comer y beber usando líquidos y purés administrados con pajitas. Existían tres finales….. Para gloria del cine quedó el que todos conocemos con la mítica estatua de la libertad enterrada y esto fue sugerido por Charlton Heston, aunque estuviera alejado del final original escrito por Pierre Boulle.

 

 

 

 

Gran film, el primero de la saga, realizado por Franklin J. Schaffner, con guión de Michael Wilson y Rod Serling, adaptando libremente la novela “Le planète des singes” (1963), de Pierre Boulle. Se rueda en escenarios naturales de Utah (Glen Canyon, Lake Powell), Arizona y California (Malibú, Westward Beach, Zuma Beach, 20th Century Fox Ranch), con un presupuesto de 2,0 Millones de dórales... Fué nominado a dos Oscar (vestuario y banda sonora), gana un Oscar por el maquillaje, producido por Arthur P. Jacobs.

 

El film plantea, como si de una fábula se tratase, una reflexión filosófica acerca de la identidad de lo humano y aquello que realmente nos hace humanos, la raza y la cultura o las cualidades del espíritu, para concluir que un simio, podría perfectamente tener más características de las conocidas como "humanas" que el propio hombre. También plantea un alegato contra la guerra, la violencia y la agresividad del hombre hacia su entorno, incluyendo su propia raza, así como contra la intolerancia religiosa, racial y científica. Que todas estas reflexiones se reflejen irónicamente y bajo la forma de un excelente relato de aventuras, cuyo interés no decae en ningún momento del metraje, planteando una estructura narrativa y una banda sonora, que aún hoy, siguen resultando innovadoras, convierte este primer film de la saga de los simios, en una obra maestra, no ya de la ciencia-ficción, sino de la historia del cine. El éxito fué tal que se tradujo en cuatro secuelas rodadas para la gran pantalla, una serie de televisión de 14 episodios, interpretada por Roddy McDowall, como único superviviente de la saga fílmica y un innecesario remake, rodado por Tim Burton en 2001. La progresiva mediocridad de las secuelas, las series y del remake de Burton, no han conseguido empañar los logros, el mensaje y la fuerza de este film extraordinario. La secuencia final de Taylor, descubriendo ante las ruinas la Estatua de la Libertad, que su viaje interespacial, ha sido en realidad un viaje en el tiempo, es con toda justicia, una de las más famosas escenas de la historia del cine y de una belleza incomparable.

El prólogo de El planeta de los simios nos ubica en el universo al cual estamos a punto de entrar: el Coronel Taylor, quien se encuentra en una misión espacial a bordo del Icarus después de 6 meses en hibernación, les pregunta a los habitantes de la tierra futura a través de una grabación: ¿El hombre se sigue matando entre sí? ¿Sigue dejando morir de hambre al hijo de su vecino?. En un principio los 3 astronautas (la única mujer, Stewart, muere en la nave) creen haber aterrizado en un planeta desconocido. Taylor, quien carece totalmente de fe en la raza humana, es capturado por gorilas parlantes y los únicos humanos parecen no haber evolucionado además de ser estudiados por científicos de la zona, en este caso simios.

 

Poco antes de estrenarse "2001: Odisea del espacio", este mundo con simios capturando humanos cual bestias y fotografiándose con sus trofeos, fue –y sigue siendo– una excelente crítica social hacia la naturaleza del hombre de destruirse a sí mismo. Tomando la novela del francés Pierre Boulle, Rod Serling y Michael Wilson logran una adaptación con gran acierto no sólo a los temores de la época, sino a los de ellos mismos, recordemos que diez años atrás, Wilson había pertenecido a la lista negra del gobierno de Estados Unidos por supuestos contactos con el comunismo. La sutileza con la que se va desarrollando la historia nos va presentando de una manera muy detallada los niveles de esta nueva sociedad simia, dejando ver un pequeño guiño a lo que será Caesar, así como nuestro lugar en la escala evolutiva. Por su parte la actuación de los chimpancés Cornelius y Zira sobresale como la pareja amante de la ciencia y la verdad, dispuestos a ser condenados por herejía. Mientras que el misterioso y hermético  Dr. Zaius es un digno contendiente para Charlton Heston, quien busca junto con Nova un nuevo lugar para vivir, hasta que descubre la terrible verdad. El discurso de El planeta de los simios no sólo resulta impactante en cuanto a su ejecución sobre un mundo donde los humanos están en un rango menor, sino que cierra su historia, dejando así al Coronel Taylor completamente devastado por el ego del ser humano y nosotros con la boca abierta ante la secuencia, a la altura del excelente final de la novela, en que los dos astronautas que han hallado un pergamino flotando en el espacio, en el que se narra la odisea del hombre que regresó a la Tierra para descubrir que estaba gobernada por simios, concluyen que todo el relato es una fantasía, porque nadie podría suponer que la Tierra hubiera podido estar gobernada por una raza primitiva y violenta como la raza humana, incomprensible incluso para mentes de chimpancés cultos e inteligentes.

 

Soy un cinéfilo empedernido, gracias a muchos títulos míticos del cine, entre ellos "El planeta de los simios". Schaffner completó con ella una especie de "polvo" cinematográfico galáctico, culminando con éxito un orgasmo cinéfilo-colectivo de escándalo. Personalmente ocupa con "2001, una odisea del espacio" y "Encuentros en la tercera fase",  la Santísima Trinidad de la Ciencia Ficción fílmica. Tal vez digan algunos descerebrados que no llegue al status de peliculón, pero viéndola la primera que ME HIZO PENSAR a la vez de entretenerme, trepanando mi cerebro pre-adolescente y activando todos los resortes de mi imaginación hasta límites insospechados. Aún siento hoy en día ese pálpito, esa turbación... Vendería mi alma al diablo para volver a contemplar con la ingenuidad de mis pueriles retinas su final. La película es mucho más que una historia de ciencia-ficción, tal y como fue entendida en su día. Son tres los hechos analíticos esenciales: La crítica a la falta de humanización del mundo y autodestrucción de los seres humanos, la crítica el antropocentrismo del ser humano con respecto al resto de la naturaleza y la crítica a un tipo de religión intolerante con la ciencia y con la razón. En esta película nacería el matrimonio del compositor Goldsmith con el director Schaffner que tan buenas bandas sonoras nos han dejado. La película a veces tiene un tanto de teatral lo que hace que gane en diálogo. Heston realiza uno de sus cinco mejores papeles. Con este film Schaffner, se doctora y demuestra que sabe contar buenas historias envueltas en papel de regalo para hacerlas más interesantes al público. Y es que la filosofía no tiene por qué ser aburrida.

Al igual que en otras muchas historias que hemos visto antes, durante y después, "El planeta de los simios" retoma el tema clásico de la criatura extraña que llega al mundo humano pero con una curiosa ocurrencia: volviéndolo del revés. Lo que en principio parece una forma más de revitalizar un argumento, acaba siendo una de las principales razones por las que estamos ante todo una leyenda del cine de ciencia ficción. Si la película hubiese seguido los cauces habituales no dejaría de ser obra de culto y sin duda carecería mucho de su mito y es que ¿quién puede no sentir cierta perturbación, cuando ve a uno de sus semejantes siendo tratado tal y como nosotros tratamos a cualquier otra criatura que no pertenece a nuestra especie y utilizando exactamente los mismos razonamientos que utilizaríamos nosotros para justificarlo?. "El planeta de los simios" provoca la extraña hazaña de hacerte perder la brújula ética durante su metraje. Los simios son los villanos de la función, pero son villanos nada más y nada menos por comportarse como los humanos. Impresionante resulta la primera visión del poblado simio, con sus mil perturbadores detalles (como esos humanos colgados cual cachos de carne para el matadero). Una pena que casi todo el mundo de este planeta Tierra ya sepa lo que no debería saber antes de ver la película, pero si eso constituye un óbice para ponerse con ella, decir que aun así, resulta tan impactante que no te importará que no sea sorpresa. Dado que soy un cinéfilo, aún me quedan por visionar infinidad de clásicos, pero estoy totalmente convencido que este film forma parte de mis 10 mejores películas. Lo cierto es que me sorprendió la carga filosófica de la cinta y esa acertada crítica hacia el ser humano. Se trata de un film pesimista como pocos. Probablemente el más devastador que he visto hasta ahora. El argumento es muy interesante y te engancha desde el principio. También me sorprendieron las continuas referencias negativas hacia el fanatismo religioso. Por lo demás, es complicado valorar algunos aspectos como los efectos especiales teniendo en cuenta que han pasado más de 40 años desde el estreno de la película. Para la época en la que se rodó son más que aceptables, incluyendo el espléndido maquillaje. La música encaja perfectamente en lo que se espera de un film de ciencia ficción, mientras que los escenarios están perfectamente escogidos y las interpretaciones... son memorables. Cuando vi la película, la idea de que el hombre se autodestruya víctima de su propio ego para dejar paso a una nueva raza que dirija el planeta me pareció fascinante. De hecho estuve muchos días pensando qué animal podría heredar el poder en la tierra en el caso de que el hombre desapareciera. ¿Serían realmente los monos?. Esto nos lleva a un final previsible que convierte "El Planeta de los simios" en una obra maestra del género. Siempre, pensé así, transcurrieron los años y seguí pensándolo y ahora en mi madurez así lo considero y la recomiendo a todos los cinéfilos del mundo, especialmente el publico jóven. Los guionistas fueron poco fieles a la novela de Pierre Boulle que situaba su relato en una civilización más avanzada.... Pero los productores optaron por dar a los simios un aire más prehistórico por razones de logística. Sería difícil aplicar un calificativo a esta singular película que pone la teoría de la evolución patas arriba al tiempo que se muestra contundentemente pesimista, al contarnos como un grupo de astronautas viaja por el espacio con la intención de encontrar vida inteligente fuera de nuestro planeta... El film continúa, a pesar de las secuelas que siguieron, en el exponente por excelencia más carismático del género, consiguiendo uno de los más emblemáticos ejemplos de como debe ser el buen cine de "aventuras" y ser al mismo tiempo grande entre los grandes.

Nunca en la historia se ha puesto en pantalla grande tan dura crítica a la condición humana definida por su intolerancia y agresividad permanentes. Incluso creo que, la película bien pudo haberse realizado sin simios. Estos son solo una excusa, aunque calza excelentemente y aporta elementos importantísimos para mostrar la debacle en la que el hombre se sumerge. No es un dato menor para entender la temática contemplar que el film, se inscribe en plena guerra fría, donde una conflagración nuclear entre URSS y USA se vivía como inminente.

 

El coronel Taylor es lúcido y fuerte, soporta mal el trato denigrante que recibe de los simios y ambiciona averiguar en qué planeta se encuentra. Sira y Cornelius son dos investigadores que han encontrado indicios de la existencia en el planeta de una población inteligente anterior a la de los simios. Desean obtener más información con la ayuda de Taylor. Los descendientes de los antiguos humanos carecen de lenguaje y viven sometidos como animales. El Dr. Zaius ha descubierto algunos secretos que desea mantener ocultos a toda costa por razones de seguridad. La película denuncia los comportamientos violentos y agresivos del género humano, la carrera de armamentos, el equilibrio del terror entre dos grandes potencias del momento, la posibilidad del Holocausto Nuclear, la acumulación de armas de destrucción masiva. Se lamenta la deshumanización del mundo, el egoísmo con que el ser humano trata a la naturaleza, la intolerancia ideológica y religiosa, las trabas y frenos al progreso de la ciencia, el descrédito de la razón, la ocultación de la verdad y su manipulación interesada. Advierte que la estupidez de la Humanidad puede dar lugar a la destrucción de la civilización y del planeta, también defiende el evolucionismo y rechaza las teorías creacionistas en auge en EEUU. Construye una poderosa alegoría sobre el posible futuro de la Humanidad. Pone en crisis los tópicos sobre la superioridad del ser humano, la irreversibilidad del desarrollo tecnológico y el carácter invulnerable de la cultura. Por su carga de denuncia, son estremecedoras las observaciones que se ponen en boca de los simios sobre los seres humanos: "son ladrones por naturaleza", "no razonan", "son *0violentos", "no saben comunicarse", "no aprenden", "se comportan con brutalidad", "no son de fiar", "no escarmientan". Son escenas maravillosas la visión desde la nave del orto solar, la cámara subjetiva de la caída del vehículo espacial al agua del lago, los planos del paisaje desolado del planeta, el hurto cómico de los vestidos de los astronautas mientras se bañan, el encuentro del primer signo de vida, la persecución y captura de Taylor, los planos picados sobre la playa... Son impresionantes las imágenes de la teniente Stuart, del tripulante convertido en pieza de museo, del juicio tramposo que pone en evidencia que los simios también tienen instintos violentos y destructivos. La música, de Jerry Goldsmith, aporta una partitura de escala, que glosa la extrañeza del planeta desconocido. Se sirve de sonidos ligeramente distorsionados y hace uso de instrumentos de viento-metal, percusión-metal, teclados y cuerdas. Es una de las composiciones más famosas y conocidas del autor. Consta de 17 cortes memorables e hinópticos. La fotografía, de Leon Shamroy, autor de esa obra descomunal que es “Cleopatra”, de Mankiewicz, en color y panavisión, ofrece planos inolvidables que suman espectacularidad y fantasía. Se hace un uso virtuoso del zoom, la cámara en mano, los planos aéreos, los planos generales, los contraluces. Construye imágenes rotundas y contundentes. La película constituye una experiencia visual embriagadora sin precedentes.

No voy a revelar las reglas finales del juego de esta película, aunque en este caso probablemente esto sería lo de menos, porqué se trata sin duda del final-sorpresa más popular de la historia del cine, conocido incluso por quienes no la han visto, sería un ejemplo análogo a la sorpresa, en este caso a media película, que suponía la escena de la ducha de "Psicosis". Sí puntualizaré, sin embargo, su profundo poderío cinematográfico: siendo una sorpresa de tipo "argumental" —es decir, que podría consistir perfectamente en una explicación hablada—, es una espléndida y originalísima idea visual la que determina, en última instancia, la inmortalidad de la escena. Esto nos revela el talento de Franklin J. Schaffner, hoy un tanto olvidado aunque autor de excelentes obras, un talento que aquí se despliega del primer al último minuto. En efecto, el daño colateral es que tiende a ensombrecer lo que lo ha precedido, que en este caso me parece una historia muy bien construida, con momentos climáticos perfectamente organizados, y con una planificación y un ritmo ejemplares. Incluso lo que cuarenta años después tendría más números para quedar obsoleto —el maquillaje y las máscaras de los primates— aparecen hoy con una eficacia, y una gracia, superior a las de los numerosos efectos digitales que invaden las pantallas. Finalmente, pienso que el gran valor de este film proviene de su capacidad para aunar un sentido muy puro del entretenimiento con una serie de reflexiones de amplio calado filosófico sobre la naturaleza humana. Mi crítica, está basada en que a día de hoy hay poco respeto por algunas películas y mucha culpa la tienen los medios que destripan sin recato el final de una historia. En una edición que tengo en DVD, en la portada está prácticamente el final. Y es que hoy en día cuando una película sale en DVD no sacan su portada original, sino que se hace una con photoshop, se le pone las fotos de los personajes principales y ahí queda...

 

Recomiendo ver este filme en su idioma original. Hay frases mal traducidas que desvirtúan algunas partes de la película: A el Dr. Zaius se le llama en el doblaje español "el defensor del bien", y en inglés es "el defensor de la fé", por tanto este personaje es un lider religioso y espiritual, si se dice "bien" yo entendía una especie de alto cargo policial-judicial. También cuando se habla de la ciencia y la fé se traduce como "ciencia y bien". Como comprenderán varía mucho. Otro ejemplo: cuando a Taylor le echan agua en la cara con una manguera en inglés dice "una casa de locos" pero es traducido como "¡basta!". Esta película es un clásico, cimentada en la misma premisa de la novela homónima aunque con cambios ya que es una versión libre de la misma, por tanto habrá diferencias; comparo ambos finales así que si vais a leer que quizás sería mejor que vieras la película y te leyeras el libro, lo recomiendo. Si bien no tiene el grandioso final, es la mar de recomendable porque sirve para aprender algo de empatía ya que los simios del libro tratan a los humanos como nosotros tratamos al planeta Tierra y a sus animales. Otro lapsus del doblaje es que al final Taylor no dice "Maldigo las guerras". Es una frase inventada. Dice algo así: "que dios os maldiga en el infierno".

Los simios como especie humana están divididos en castas: gorilas, que está al mando de los orangutanes, que es el poder religioso, que ostenta el poder y los chimpancés, los científicos que son ignorados pese a que son la voz de la razón. Destaco las miradas que ponen Aurelio o Zira cuando ven que Taylor maltratado: detestan la violencia gratuita. El Dr. Zaius habla del hombre como de la peste, pero los simios han cometido los mismos errores, masacrando por placer formas de vida humanas, encerrándolos en jaulas, lobotomizando humanos si se descubre que se salen de la norma, rompiendo promesas con Zira o Aurelio donde se les daría la libertad si probaban sus teorías, censurando pruebas que cuentan el origen del pueblo simio.

- "A los que les gusta cazar que vean la escena de humanos tirados en el suelo donde sus cazadores en una foto los exhiben, orgullosos como trofeo. No hay nada como la empatía. Aplaudo la secuencia en la que Taylor se parte de risa al ver a un compañero dejar una banderita americana en el planeta. Los nacionalismos son los cánceres de la Tierra, donde a veces importa más una bandera que una persona y la de guerras que se han hecho por ellas. También cuando se le dice a Taylor en el juicio que "todos los simios son iguales" Taylor responde que "unos simios son más iguales que otros" y es cortado bruscamente porque lo que dice no interesa al poder establecido: los simios están divididos en castas."-

 

 

En la versión original, sobre el juicio que se hace contra Taylor el fiscal habla de que "Dios todopoderoso hizo al simio a su imagen y semejanza". El simio habla el mismo idioma del hombre e incorpora la historia del hombre a la suya. Esta frase trata sobre el hombre cuando en su egocentrismo pensaba que él era el centro del universo. En el doblaje español se dice de otra forma. Cuando Taylor está mirando el museo de los simios hay un troglodita que está matando a otro, recuerda a Caín y Abel. Los simios también tienen su propia religión, (citan textos de sus libros sagrados) y un dios pero es todo inventado, como ha hecho el hombre mismo. A fin de cuentas la biblia ha sido pensada por hombres y no es "palabra de dios" ya que nadie tiene línea directa con él, para preguntarle que piensa de el sexo, los homosexuales, la masturbación... Las diferencias con la novela: En el libro el planeta donde aterrizan los astronautas es realmente un planeta de simios, no es la Tierra. Por ello estamos hablando de una versión muy libre de la obra original. Sin duda esta película dió un nuevo enfoque al género de la ciencia-ficción contando con el respaldo de un gran estudio como la Twentieth Century Fox, de su gran empeño por el productor Arthur P. Jacobs y del actor Charlton Heston para adaptar a la gran pantalla la novela del mismo título, el proyecto para muchos productores era muy descabellada por no decir ridícula, lo cual temiendo que la idea no funcionara de cara al público, fué rechazada por las grandes productoras cinematográficas, ni siquiera el propio Boulle tenía fe en el éxito del proyecto cinematográfico. La Fox también tenía sus dudas, de hecho la productora no atravesaba por su mejor momento ante los fracasos en taquilla de sus películas musicales y sobre la guerra de Vietman, estaban desgastando la economía y la moral del país, pero para poder llevar el proyecto por el buen camino Jacobs contó con un especialista en maquillaje John Chambers y un equipo de 80 personas para elaborar las máscaras que los actores deberían llevar puestas durante el rodaje del filme. La virtud del director aplica una realización precisa, formal y sobria, los sets nunca se muestran con excesiva espectacularidad... aunque no dejan de tener un diseño excelente, que siempre va a remolque con el libro, lo cual hace que sus momentos menos interesantes, como el comienzo y la presentación de sus primeros minutos resulten flojos por culpa de su astecismo... sin embargo también hace que, nada más comenzar las situaciones chocantes, rabiosas e intrigantes, el relato sea descrito con una sencillez y una mesura muy agradecidas que desarrollan el metraje con una gran y absorbente fluidez; poniéndose al servicio de unos diálogos peliagudos y elaborados, de unos momentos llamativos y reflexivos, y de unos personajes maravillosos, con unas actuaciones impecables. A veces un solo fruncido de ceño de Evans transmite infinidad de sentimientos, gran acierto el maquillaje que conserva las expresiones de los ojos y los ceños de forma natural, logrando un conjunto lleno de enérgicas aventuras colmadas de lucha, confabulaciones, misterio, terror, compasión, elucubraciones y... reflexión. Un producto del que es imposible apartar la mirada y la admiración como por ejemplo esos agobiantes primeros momentos en los que Taylor está apresado en la jaula sin poder comunicarse mientras los simios le creen un salvaje.

 Se comentó mucho el exhibicionismo corporal de Heston en el film, hubo críticos que lo calificaron de ser un film para publico homosexual, nada mas alejado de la realidad. Su personaje danza en situaciones que requieren ropa escasa. Finalmente el actor aceptó las criticas con su característico buen humor, diciendo:

-" Si Dios nos creó desnudos...¿quienes somos nosotros para impedirlo?, me sentí cómodo y lo volvería a hacer pero con menos ropa"-

Charlton Heston con esas expresivas caras de desesperación que nos dicen tanto, su trabajo Heston ya se convierte en leyenda. El actor siempre será el aguerrido e iracundo héroe que se resiste en su aventura con fortaleza y pasión a los simios opresores, tanto se nos hace querer a sus personajes: la cabal y cálida doctora Zira... uno de los personajes más atrayentes, el adorable Cornelius o incluso el misterioso Zaius) edificados de manera tan virtuosa, tan bien construidas sus situaciones con suspense e interés... que el espectador no se fija en tan nimios detalles que podrían restan credibilidad a la historia... La película sabe torearnos con maestría, desviando nuestra atención hacia las intrigas más inmediatas y contiguas para que no nos fijemos demasiado en esos leves detalles que nos dan a entender de forma evidente que la trama va a descubrir un giro brutal que demuestra que el sentido último no era mostrar, sino una gran parábola sobre el ser humano, sus defectos y su levedad... dando una sonora patada a las partes bajas del antropocentrismo. Como todo buen aficionado sabe, Taylor creía vivir en otra dimensión del tiempo pero al doblar la esquina se encuentra con la verdad epatante, esos locos lo habían hecho, el mejor y más inquietante desenlace. Tras el éxito del film llegaron secuelas, “remakes” y bodrios de diverso pelaje perfectamente olvidables, realizado por directores mediocres u otros más respetables seducidos por el dinero, algo fascinante debe transmitir esta parábola político-social que simpatiza con la teoría de Darwin, cuando sigue explotándose el filón inagotable de la civilización simia.

Maravillosa película de ciencia ficción que tiene todo: crítica social y religiosa, aventura, acción, una gran guión, magistral ambientación musical... El momento en que vemos por primera vez a un simio es antológico, sublime. No cabe ninguna duda de que estamos ante la mejor película de ciencia-ficción de la historia. Las mejores obras maestras de dicho género se hicieron en la década de los 70, algunas son cintas presentando a unos seres sin nombre que sufren bajo el yugo del poder absoluto y comprometidas con los derechos humanos, la ecología, la paz y críticas con el capitalismo, que era la bestia a la que se tenía que matar si la humanidad quería progresar debidamente. El planeta de los simios 1968 es el mejor ejemplo de cómo la filosofía y el entretenimiento pueden mezclarse de una manera espectacular, haciéndonos reflexionar a la vez que nos regalan una obra impresionante de principio a fin.

Yo me di cuenta de que el ser humano es un simio súper-desarrollado y como tales debemos ser crudívoros. Es mas sano y proporciona felicidad hacer el amor y no la guerra... como los chimpancés...

 

 En fin, no os la perdáis por nada del mundo.